Tengo unos amigos que son musulmanes, como todos sabemos hay unos cuantos en nuestro país, su cultura, sus vivencias sus formas de hacer las cosas siempre me han llamado la atención, la verdad que he discutido en muchas ocasiones con ellos porque hay ciertos temas en los que no estoy de acuerdo, pero debo entender que igual ellos y si queremos ser amigos nos debemos respetar. Es lo que debemos hacer las personas respetar las diferentes opiniones de los demás, todos somos diferentes, y debemos aprender a convivir con ello aunque muchas veces nos tengamos que morder la lengua porque nos estemos de acuerdo. Desde luego no voy a entrar en debates de ninguna clase, no es el momento ni el lugar no estoy escribiendo para ello, escribo para contar lo diferentes que podemos ser en una parte u otras del mundo, como de diferentes pueden llegar a ser nuestras costumbres y como unos y otros nos amoldamos de manera generalizada solo por el hecho de ser buenos amigos.
Todo esto viene porque los musulmanes no celebran fiestas como nosotros para celebrar los cumpleaños, ellos solamente se felicitan y ya está, para ellos no es motivo de fiesta y no hacen regalos como nosotros. En muchas ocasiones les he dicho la suerte que tiene, ya que resulta un buen engorro el tener que andar buscando algo con que quedar bien y que guste a la persona que cumple años, a no se r que la conozcas muy bien te quiebras los cascos en busca de una solución y muchas veces cuesta acertar o dar en el clavo. La verdad que la llegada de la crisis en ese sentido benefició a más de uno, era la excusa perfecta para no tener que ir en busca de un regalo, pero por otro lado internet y sus ventas online nos hicieron la puñeta a todos los que pensábamos que nos habíamos liberado, más que nada porque los bajos precios de sitios como mercamaterial.es hacen que no tengas excusa para comprar un buen regalo. Y es así como te das cuenta que al final internet hace que los cumpleaños y sus regalos perduren en el tiempo y los musulmanes crean que estamos locos y que no nos gusta más que gastar con cada acontecimiento, es más pareciera que estamos esperando impacientes uno para comprar pronto un bonito regalo.