Es desagradable estar en una amena charla y de pronto verse interrumpido por el hipo, intentamos terminar una frase o idea y este no nos deja en paz. Suele suceder también con los coches, busca encenderlo y logra escuchar el sonido de arranque, pero no termina de percibir la pequeña explosión, después de varios intentos se ahoga y no enciende.
Esto sucede cuando la mezcla de aire y combustible no se quema como es debido dentro de la cámara de combustión. Una de las tantas posibles razones es que el motor no produce chispas, por lo que al encenderlo se inundan los electrodos de las bujías. Otra posible razón es que la cámara recoge bastante gasolina, entonces al intentar encenderlo, si no se pisa suavemente el pedal, se inundará todo y obtendrá el mismo resultado, no encenderá.
Al motor calentarse excesivamente, la temperatura podría fundir los metales de los que están compuestas las partes internas del mismo, esto ocasionaría que se suelden entre ellas, quedando inutilizado el motor. Si solo se dañan sus camisas y pistones, se pueden cambiar y volver a hacer el rodaje, pero si el daño ha llegado al cigüeñal toca comprarse un coche nuevo o cambiar el motor.
Cómo diagnosticar el daño
- Revisar el estado de la chispa, si está débil, los cables internos tendrán mucha resistencia y no generan buena corriente.
- Los inyectores deben estar limpios, si tienen sucio o están llenos de carbón tendrán demasiada descarga.
- Cuando el sensor de temperatura de los inyectores está dañado entra más combustible y se ahoga más.
Si ha corrido con la mala suerte o el descuido de perder el motor por este tipo de avería u otra, cambiar el motor completo es de pensarlo, en cuanto a los gastos que esto implica, lo que es poco accesible. Por suerte, existen formas de salvar un poco ese presupuesto que tendrá que invertir si no desea usar el transporte público, y una de ellas es comprar un motor de segunda mano.
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